Diariamente se están copiando o clonando en el país decenas de tarjetas de crédito debido a lo fácil que resulta ya adquirir dispositivos para clonar tarjetas, y por la presencia de bandas internacionales que están operando en la República Dominicana aprovechase del gran mercado de tarjetas de crédito con cintillo magnético que existe en el país. Para lo cual la única solución que podría mitigar o reducir al máximo tan amplia incidencia de fraude electrónico de tarjetas o clonación, es que las instituciones financieras aceleren el cambio de tarjetas con cintillos magnéticos a tarjetas con chip integrado.
Aunque la decisión de la Junta Monetaria de la República Dominicana establece como tope el próximo año 2017, para que todos los bancos cambien las tarjetas de crédito y de debito a la tecnología con chip, también conocida como tarjeta inteligente (SmartCard). Recomendamos que se realice un cambio masivo de plástico y que nosotros mismos como clientes solicitemos esa migración urgente para disponer de un plástico que refuerza la seguridad de este medio de pago frente a posibles fraudes, además de brindar otros beneficios para los tarjetahabientes.
Técnicamente el nombre de esta tecnología es EMV de Europay, MasterCard, y Visa, debido a que es un desarrollo logrado por las dos más grandes plataformas mundiales de pagos electrónicos Visa y MasterCard; una tecnología de chip inteligente que se está convirtiendo en el estándar global para el procesamiento de pagos con tarjeta de crédito y débito. Bajo el paraguas EMV, instrumentos-como pagos de crédito y débito, así como los teléfonos móviles-embutidas chips de microprocesadores que almacenan y protegen los datos del tarjetahabiente. El estándar EMV tiene muchos nombres en todo el mundo y, como tal, también se conoce como tarjetas EMV-enabled “chip y PIN” y “chip-y-firma.”
En los mercados en los que se ha extendido el uso del chip, los fraudes por falsificación de tarjetas se han reducido a su mínima expresión. Clonar el chip resulta muy difícil, debido a los datos encriptados que guarda en su interior. Al pagar con una tarjeta con chip en un establecimiento, se genera un criptograma de información único, que protege los datos que viajan a través del sistema de pagos hasta su validación en un servidor central y la autenticación de la transacción.