La muerte de Satoru Iwata, presidente del gigante de los videojuegos Nintendo, supone la desaparición de un ícono de la industria, un firme defensor de la innovación que nunca dejó de amar el producto que hacía.
A diferencia de referentes más veteranos del videojuego nipón, como pueden ser Hiroshi Yamauchi (antiguo presidente deNintendo), Shigeru Miyamoto (creador de Super Mario) o Ken Kutaragi (considerado padre del Playstation), Iwata se interesó desde joven por las consolas y juegos.
Nacido en Sapporo (norte de Japón) el 6 de diciembre de 1959 e inmerso en la electrónica desde que estudiaba secundaria, comenzó a programar para HAL, estudio de desarrollo subsidiario de Nintendo, mientras se licenciaba en computación en el prestigioso Instituto Tecnológico de Tokio.
HAL lo acabó contratando en 1982 y ahí jugaría un papel clave en la creación de Kirby’s Dreamland, juego para Gameboy que supuso el inicio de una larga y exitosa franquicia para Nintendo.
Iwata recibió una compañía con una herida mortal. La Gamecube, sucesora en cuerpo y alma de la Nintendo 64, recibió críticas positivas, pero no fue así para el gran público, que la rechazó e hizo que Sony le adelantase por la derecha.
Convertido en el primer presidente de la compañía no perteneciente al clan de la familia fundadora, Iwata afrontó y superó con creces su primer gran desafío: lanzar al mercado dos consolas que renovaban la experiencia de jugar sin encarecer aún más los cada vez más abultados costes de desarrollo.
Programó desde cero y sin documentación de ningún tipo, a pelo, el sistema de combate de Pokémon Stadiumpara Nintendo 64 en solo una semana. O arregló casi sin ayuda y en tres semanas uno de los juegos abanderados de GameCube, Super Smash Bros. Melee, que estaba inundado de errores y a punto de ser retrasado. Iwata estuvo personalmente implicado, como Metroid Prime, Star Fox Adventures, Eternal Darkness o Zelda: Wind Waker
Pero Satoru Iwata golpeó el tablero de juego en 2006. Se lanzó la Wii, un éxito rotundo a nivel de videoconsolas. El éxito de la captura de movimientos a través de un mando hizo que el público se reconciliase con la compañía nipona. Las ventas fueron estratosféricas. 100 millones de consolas vendidas.
No fue el único aporte de Iwata a Nintendo. También estuvo presente en el lanzamiento y desarrollo de la Nintendo DS, la portátil con doble pantalla. Parecía que Satoru tenía una varíta mágica, ya que la portátil de Nintendo superó en 2012 las ventas de la PlayStation 2.
El Rey Midas de Nintendo también fue ‘culpable’ de la evolución natural de la citada portátil de Nintendo.
La DS se actualizaba con un nuevo modelo en el que se podía disfrutar de imágenes en 3 dimensiones sin necesidad de gafas especiales.
Pero dos años atrás Satoru Iwata comenzó a reducir sus apariciones públicas. Se rumoreaba que podría dejar de ser la cabeza visible de Nintendo. En 2014, en la cita de Los Ángeles del E3, Iwata cambió su presencia por una videoconferencia. Se tuvo que someter a una cirujía para extraer el nódulo canceroso.
Se ha ido un genio de la industria, responsable de la Wii y de la DS. Coautor de obras como Super Mario Sunshine o The Legend of Zelda: The Wind Waker. Hasta siempre, Iwata-san.