Investigadores del Institute of Child Development de la Universidad de Minnesota y su Colegio de Ciencia e Ingeniería, han colaborado para crear un sistema de videomonitorización basado en la confluencia de numerosas cámaras Kinect: colocando varias de éstas a lo largo y ancho de una habitación con niños campando a sus anchas, los responsables han sido capaces de monitorizar su comportamiento a través de un software específico de código abierto.
Esta peculiar solución, aseguran, les va a permitir analizar el comportamiento natural de los niños, sin las limitaciones típicas de entrevistas personalizadas. A través del programa en cuestión, Kinect podrá determinar desórdenes obsesivo-compulsivos y de déficit de atención.
Muchos pensarian ¿y no podían haber lo mismo con cualquiera de las cámaras de vídeo preexistentes? Dicen que no, que anteriores soluciones eran mucho más caras e ineficaces. Nikolaos Papanikolopoulos, profesor implicado en la investigación, se pregunta de hecho cómo es posible que un hardware de $150 resulte más efectivo que unidades superiores a los $100.000.
En definitiva, otro tanto para Microsoft, que a buen seguro se alegra más a cada día que pasa de haber cerrado el trato israelí.