Es sumamente preocupante la crisis que se ha generado en la Junta Central Electoral (JCE) provocada por el presidente de ese organismo comicial, Roberto Rosario, quien afecto la credibilidad de dicha institución al nombrar a Franklin Frías como director de informática, con funciones similares a las que tenía el encargado de informática que gozaba de la credibilidad de todos los sectores, Miguel Ángel García, que tenía más de 11 años laborando de forma ejemplar, altamente profesional y eficiente en la JCE y que desde Septiembre de este año realizo diversas comunicaciones al presidente de la JCE expresándole su desacuerdo con el nombramiento de un Administrador de Informática paralelo que ha sido nombrado y protegido de forma sospechosa por Roberto Rosario, a pesar de que esa persona que el protege ha sido cuestionado y no cuenta con la credibilidad para el desempeño de esa delicada función.
Es importante explicar que la Administración General de Informática de la JCE tiene a su cargo la base de datos que contemplan el padrón electoral, el registro civil, la cedulación y los registros electorales, lo cual podría generar una amplia gama de manipulaciones que empañarían las elecciones presidenciales del próximo año 2012, pues los votos de los ciudadanos se asientan o registran en actas, pero esas actas se escanean para ser trasmitidas y computadas más ágilmente y tecnológicamente se pueden realizar alteraciones que podrían hacer variar la intención del votante, por lo que he planteado que acta mata voto y escáner (centro de cómputos) mata voto y acta, ya que la garantía de la transparencia en las próximas elecciones está en el centro de cómputos, que funcionaba muy bien hasta que no se sabe con qué intenciones, el presidente de la JCE afecto esa armonía.
Hacemos un llamado firme a la presidencia de la Junta Central Electoral: de que en sus manos no perezca nuestra democracia. Desde aquí decimos NO a cualquier propósito de alterar el curso normal del proceso electoral y llamamos al pleno de la Junta Central Electoral a cumplir con sus grandes responsabilidades ante el país y tomar medidas urgentes para preservar la imprescindible PAZ que necesitamos de la cual la democracia electoral es una de sus garantías fundamentales.