La edad en que los niños reciben su primer móvil cada vez es menor. Los padres quieren poder localizar a sus hijos y la mejor forma de hacerlo es con un teléfono. Sin embargo, los smartphones tienen muchas más opciones que un teléfono normal y eso, en algunos casos, puede ser un problema.
El crecimiento de los smartphones parece imparable. De hecho, se espera que en 2015 haya 1.000 millones de smartphones. Por ello, cada vez es más normal que el primer móvil de un niño sea un smartphone, con todo lo que conlleva.
Pero a veces esto puede no ser suficiente. Muchas aplicaciones (especialmente juegos) permiten realizar compras para mejorar la experiencia: niveles, créditos, nuevas funciones… Hace unos meses una madre descubrió que su hijo había gastado 150 dólares en créditos virtuales. A pesar de que utilizaba la cuenta del Market Place para las compras, la aplicación no pedía que se introdujera la contraseña para confirmar las mismas.
Para evitar esto, lo mejor es conocer bien cualquier aplicación que se instale. De este modo, también se puede evitar que aparezca contenido no apropiado para un menor o que infecte el smartphone con un virus.
También conviene saber qué restricciones pueden ponerse a un smartphone. Los dispositivos de Apple permiten a los padres bloquear muchas de sus funciones. Además de la descarga de aplicaciones pueden ponerse restricciones al navegador, el reproductor de vídeos de Youtube, la geolocalización o la cámara.
Android no permite restringir sus funciones. Sin embargo, hay varias aplicaciones que ayudan a conocer el uso que se está haciendo del teléfono. Así, por ejemplo con SMS Filter, se puede evitar que se reciban mensajes con palabras clave para prevenir el contenido inadecuado. En esta página se pueden encontrar otras aplicaciones de este estilo y varias recomendaciones.
Por otro lado, en los smartphones hay que sumar el uso que se hace de internet a los mensajes y las llamadas. La mayoría de los contratos tienen un máximo de datos mensual. Al superarlo, en algunos casos lo único que ocurrirá es que disminuirá la velocidad, pero en otros se cobra de forma adicional cada Mb, por lo que es muy importante saber qué tipo de contrato se adquiere.
En este sentido, tampoco hay que olvidar que los navegadores de estos dispositivos permiten acceder a prácticamente el mismo contenido que un ordenador, por lo que se deberán tomar las mismas precauciones que en casa.
Por lo tanto, antes de comprar un smartphone a un niño es recomendable conocer sus funciones y pensar si es lo que necesita.Acceder a dispositivos tan avanzados desde muy pequeño puede ser beneficioso, pero también puede suponer un problema.
En cualquier caso, parece que la tendencia va a seguir siendo esta. Según un estudio publicado por AVG en 2010, el 19% de los niños de entre 2 y 5 años sabe jugar con una aplicación de un smartphone, mientras que sólo el 9% de los niños de esa edad sabe atarse los cordones.