Las bibliotecas utilizan twitter, mensajes de texto por celular y aplicaciones de los teléfonos de usos múltiples como parte de su modernización orientada a los usuarios de la era digital, los cuales consideran los ficheros tan anticuados como las máquinas de escribir.
Esas instituciones al parecer han logrado salir adelante en sus esfuerzos por adaptarse y mantener el ritmo de la actualización tecnológica de sus usuarios.
Desde que las bibliotecas emprendieron su renovación frente a la generación del iPod, miles de entusiastas de la música han descargado gratis canciones de los sitios que ellas tienen disponibles.
Debido al incremento de las personas dedicadas al estudio y la lectura que tardan meses para desconectarse de los aparatos inalámbricos de lectura, las bibliotecas minimizan la idea de que el internet las convierta en sitios olvidados, con estantes de libros cubiertos de polvo.
“La gente tiende a tener esta versión anticuada de las bibliotecas, de que sólo tienen dentro libros y microfichas”, dijo Hiller Goodspeed, diseñador gráfico de 22 años, en Orlando, Florida. Goodspeed utiliza una aplicación del iPhone para el Sistema de Bibliotecas del Condado de Orange a fin de descubrir cintas extranjeras.
Según las estadísticas nacionales más recientes que difundió la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos, las visitas a esa institución y las solicitudes de materiales aumentaron casi un 20% de 1999 a 2008.
Desde entonces, los expertos afirman que la tecnología ha mantenido el impulso de las visitas personales, las solicitudes de materiales y su aprovechamiento.
“También hace que la gente vuelva a la biblioteca, personas que tal vez se hubieran quedado con la idea de que la institución fue irrelevante para ellas”, dijo Chris Tonjes, director de tecnología de la información en la biblioteca pública en Washington, D.C.
Durante años, los sistemas de bibliotecas públicas han facilitado acceso gratuito a internet y han prestado películas y fonogramas musicales. Tienen un buen acervo sincronizado con los avances tecnológicos antiguos, desde discos de vinil a cintas VHS.
“Las bibliotecas públicas siempre han tenido competidores”, dijo Roger Levien, asesor de estrategia en Stamford, Connecticut, y quien también es miembro de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos. “Siempre ha habido librerías. Estoy seguro que encontrarán formas para adaptarse (a la era digital)”.
Ahora, el campo digital va en expansión: el 82% de las más de 16.000 bibliotecas públicas de Estados Unidos tienen conexión inalámbrica a internet, comparado con el 37% de hace cuatro años, según la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos.