Una avalancha está sacudiendo la plataforma de publicidad de Google: cerca de 250 anunciantes de primer nivel están suspendiendo sus anuncios paraevitar que sus marcas aparezcan junto a contenidosconsiderados como inapropiados o extremistas.
La polémica arrancó cuando el diario inglés The Times denunció que Google no pudo filtrar el despliegue deanuncios en videos que muestran prácticas terroristas oconductas homofóbicas, por lo que las empresas –además de lastimar su imagen– estaban financiandoinvoluntariamente a los autores de estos contenidos.
Entre las marcas que decidieron bajar sus publicidades de Google y de YouTube se encuentran el gobierno británico; las automotrices Volkswagen, Toyota, y Nissan; los bancos RBS,HSBC y Lloyds Bank; la BBC; las cadenas de comida rápidaMcDonald’s y Domino’s Pizza; la firma de belleza L’Oréal y la empresa de alimentos Heinz.
El gobierno británico fue el que reaccionó de manera más dura, señalando que era “totalmente inaceptable que lapublicidad pagada por el contribuyente aparezca junto acontenidos inapropiados, y este mensaje se le transmitió muy claramente a Google”.
Como respuesta, la tecnológica pidió disculpas en su blog donde indicó que saben que “los anunciantes no quieren versus anuncios junto a contenido que no se ajusta a susvalores“, por lo que prometió que adoptarán “una posiciónmás dura sobre el contenido de odio, ofensivo ydespectivo“.
“Me gustaría pedir disculpas a los socios y los anunciantesque hayan podido resultar afectados porque sus anuncios aparecieron al lado de contenido polémico“, se excusó Matt Brittin, presidente de la división de Europa, Medio Oriente y África.
“En los próximos días y meses, introduciremos nuevasherramientas para que los anunciantes controlen de manera más consistente y fácilmente dónde aparecen susanuncios en YouTube e Internet“, prometió, por su parte, Philipp Schindler, gerente de operaciones de Google.